¿Cómo se traduce el cuidado en una organización? ¿Qué esperan hoy las personas, más allá del salario o el horario? ¿Qué decisiones hacen que un equipo se quede, o que se quiera ir?
Un informe reciente de Aon identifica cinco áreas clave donde esa conversación se está volviendo acción: compensación, bienestar, retorno, comunicación y tecnología.
No como tendencias futuras, sino como expectativas actuales.
En este artículo, repasamos esos ejes con una mirada práctica y reflexiva: cómo impactan en la vida cotidiana de un equipo y qué decisiones concretas pueden empezar a cambiarlos.
1. Compensación y equidad para las personas
¿Cómo se valora el aporte de una persona?
Ya no alcanza con definir rangos salariales. Las personas también quieren entender cómo se construyen esos rangos, si hay brechas, cómo se revisan, y qué mecanismos existen para reconocer el esfuerzo y el impacto.
La equidad no es solo económica. Es también perceptiva y cultural. Se nota en cómo se distribuyen las oportunidades, en quién accede a formación, en qué voces se escuchan más.
2. Bienestar integral
¿Qué significa realmente cuidar a las personas en el trabajo?
Salud mental, desconexión digital, carga emocional, estrés financiero: hoy el bienestar no se resuelve con beneficios simbólicos. Se construye con decisiones concretas.
Según Morgan Stanley, el 66% de los empleados experimenta estrés financiero, y la mayoría espera algún tipo de acompañamiento desde su lugar de trabajo.
Cuidar el bienestar ya no es un “plus”: es parte del contrato emocional.
3. Retorno con impacto
¿Dónde se ve el efecto de lo que RRHH pone en marcha?
Hoy se espera que los programas de formación, beneficios o desarrollo no solo existan, sino que tengan un impacto real. Que se midan, que se revisen, que se vinculen con la experiencia del empleado y con los resultados del negocio.
Invertir en personas no se discute. Lo que cambia es cómo se evalúa esa inversión.
4. Comunicación y transparencia
¿Qué se dice? ¿Cómo se dice? ¿Quién escucha?
Las personas no necesitan grandes campañas internas. Necesitan información clara, decisiones explicadas y canales que funcionen para hablar.
La coherencia entre lo que se dice y lo que se hace es una forma concreta de construir confianza.
Y si la cultura no se comunica con claridad, se llena de suposiciones.
5. Tecnología con criterio para las personas
¿Qué decisiones estamos delegando a la inteligencia artificial?
Los sistemas de IA en RRHH ya están presentes: screening, performance, engagement. Pero cuando las herramientas reemplazan el criterio humano sin reflexión, los sesgos se amplifican y la cultura se deteriora.
Un análisis de Harvard Business Review advierte que muchas IA utilizadas en procesos de selección penalizan sin justificación perfiles diversos por haber hecho pausas laborales o no encajar en modelos históricos.
La tecnología puede ayudar. Pero no puede decidir sola.
Cuidar es mantener el foco
Ninguno de estos temas debería sorprendernos. Están en la agenda diaria, en las conversaciones de pasillo, en las decisiones que postergamos o ejecutamos sin tiempo.
Lo que está cambiando es que ya no se pueden disimular.
Y cuando una empresa se anima a mirarlos de frente, no encuentra soluciones mágicas, pero sí mejores preguntas.